CORONAVIRUS
EL VIRUS QUE ANIQUILÓ A LA RAZA HUMANA
Parte VI
DEVASTACIÓN
*Historia de ficción escrita por Uriel Abelino
Era el día 1 de enero de 2021, las 6:20 de la mañana, sólo había podido dormir 1 hora exactamente.
Acababa de ponerme de pie cuando de pronto, oí unos gritos desgarradores que provenían de afuera, abrí la escotilla y me asomé para ver que sucedía. Eran personas corriendo despavoridas al ser atacados por una horda de perros contagiados... Me di cuenta que cerca de 20 personas corrían hacía nuestra embarcación, así que tomé la decisión de desamarrarla, desperté a Tedros y le pedí que encendiera el motor para alejarnos, rápidamente cerré la escotilla, calleron encima de la embarcación cerca de diez personas y detrás de ellos, los perros, quienes los despedazaron con tal rabia. No podría describir los sonidos que emitían los perros contagiados y los gritos de las personas al ser devoradas... Navegamos en el río pero los perros no se fueron, seguían en la embarcación.
Por algún razón, el virus sólo mataba a los humanos, a los animales, en específico a los perros, sólo alteraba sus cerebros, los volvía salvajes y más fuertes.
Tedros tomó un lanzallamas hurtado que tenía ahí, ordenó a Sania conducir la embarcación, Diana tomó a Alex en sus brazos. Habría que asesinar a las bestias, así que me pidió abrir la escotilla y cada vez que alguna bestia se asomara ahí la calcinaría, así lo hicimos, incineró a 3 de ellos, no oímos más ruidos así que decidió salir con el lanzallamas a verificar, en efecto, no habían más perros. Salí con mi bate en la mano, y verifiqué que efectivamente era un lugar seguro.
A lo lejos un humo negro se elevaba de la ciudad. Era una ecena grotesca y triste. ¿Cómo podrían vivir personas en ese sitio tan deprimente?, era un auténtico basurero, columnas de humo negro se elevaban de diferentes puntos de la ciudad, una ciudad desolada, en decadencia. Me invadió una tristeza. Solo agaché lancabeza y me senté en la cubierta. Tedros se sentó junto a mí, - ahora sabrás a qué nos enfrentamos -, me dijo con la voz entrecortada,
- en 2007 el gobierno norteamericano trabajó en un proyecto para desarrollar un arma biológica capaz de paralizar a los soldados oponentes en cuestión de minutos, lo lograron, crearon al Coronavirus, sólo que era inestable y mutaba de una manera acelerada. Se experimentó en personas y se dieron cuenta de lo letal que era. En un principio los científicos pensaron en destruirlo, por la gran amenaza que representaba, pero el gobierno prohibió que se destruyera y compró sus silencios. Así que decidieron concluir el proyecto y la muestra se aisló. Todo parecía que marcharía bien. En diciembre de 2019 en China, el doctor Lee subió un video a sus redes sociales donde hacía tremenda revelación alertando de un virus completamente desconocido capaz de contagiar muy rápido y asesinar personas en cuestión de minutos a causa de una potente neumonía.
Él doctor Lee solo sabía dos cosas. Una, que al exponer esa información en sus redes sociales para alertar del riesgo, el gobierno de su país lo procesaría penalmente o lo mataría, y dos, que esa nueva enfermedad que acababa de descubrir era producida por un virus altamente letal e inestable.
¿Cómo diablos se liberó en Asia un virus creado en Norteamérica?
Nadie tenía respuestas.
- Yo abandoné el proyecto en junio - continúo Tedros,
- descubrí que habían experimentos en camino con humanos, nadie sabía la identidad de ellos, habían asiáticos, latinos, afroamericanos...ningún blanco. Así que cuestioné al jefe de proyecto por aquella terrible situación de usar humanos en experimentos con sustancias catalogadas como prohibidas por la ONU, La Haya y todos los organismos internacionales,
pero no recibí respuesta. Contrario a eso, me pidieron mi bitácora, mi computadora y mi ID de acceso al centro de investigación, fui a mi oficina, vacíe la información de la computadora en una nube, pero no fui a la oficina del jefe de proyecto, simplemente escapé, sabía que algo malo pasaría conmigo.- agacha la cabeza, suspira...
- Salí por el área de carga de suministros, cuando iba en camino le llame a Sania y quedamos de vernos aquí en la embarcación, juntamos todo lo que pudimos de víveres, fui al almacén de víveres que son utilizados para alimentar a los astronautas y vacíe lo que puede, decidimos venir aquí y permanecer ocultos. Desde entonces aquí estamos, ya llevamos seis meses, Sania trajo toda el agua que pudo, los autos los dejamos abandonados en el muelle y solo escuchamos por la radio lo que pasa afuera...
- Sinceramente no sé qué decirle, a veces llora, se desespera, trato de calmarla y luego todo vuele a la normalidad...-
De pronto, un gran estallido iluminó el horizonte, una gran columna de fuego se elevó de la ciudad, alguien había detonado algún tipo de artefacto explosivo!, encendimos la radio para saber qué rayos pasaba.
Sania, Diana y Alex salieron de la escotilla del barco muy asustados.
- ¿qué pasa?, ¿qué fue ese ruido?, preguntaban atemorizados
- ¡No lo sé! parece ser una bomba o algo así.
Nuestro horror no tardaría en ser mayúsculo, una oleada de bombardeos terminó por incinerar lo que quedaba de la ciudad!
- ¡Diooos, alguien está bombardeando la ciudad... si me están escuchando corran, corran a esconderse! - se oía en la radio.
De pronto los bombardeos se aproximaban a nuestra embarcación.
- ¡debemos marcharnos de aquí cuanto antes, debemos abandonar este lugar, no es seguro aquí!
El bosque cercano al muelle comenzó a incendiarse, personas envueltas en llamas gritando de terror se lanzaban al río, era demasiado tarde para ellos. Nadie podía ocultarse del terror.
Una ráfaga de bombas incendiarias caían sobre la ciudad, quedó envuelta en llamas. No sé veía el cielo, solo fuego, humo y muerte.
Sintonizamos en la radio... el horror y el pánico no tardaría en hacernos presa, medios clandestinos de todas partes del mundo informaban de bombardeos coordinados en todo el planeta. Estas son las ciudades del mundo que fueron incendiadas en lapso de dos semanas por parte del gran ejercito del Gobierno Unificado.
Wuhan, Tokio, Moscú, París, Nizhny Novgorod, Jerusalén, El Cairo, Tijuana, Albuquerque, Portland, Yokohama, Rostov del Don, Atenas, Shangai, Cartagena de Indias, Tucson, Penza, Náberezhnye Chelny, Nueva York, Los Angeles, Ufá, Perm, Memphis, Delhi, Austin, Sao Paulo, Milwaukee, Krasnoyarsk, Ciudad de México, Sendai, Tula Rusia, Utrecht, Leeds, Kazán, El Paso, Barranquilla, Nagoya, Dhaka, Bombay, Tomsk, Pekín, Oklahoma, Osaka, Roma, Karachi, Omsk, Chongqing, Buenos Aires, Sarátov, Estambul, Matamoros, Kémerovo, Sapporo, Calcuta, Lagos, Glasgow, Bremen, Voronezh, Soacha, Manila ,Tianjin, Río de Janeiro, Kírov, Baltimore, Xalapa, Guanzhou, Lahore, Ciudad Juárez, Shenzhen, Lipzing, León, Reynosa, Bangalore, Seúl, Bristol, Krasnodar, Yakarta, Londres, Lima, Teherán, Duisburgo, Marsella, Bangkok, Hermosillo, Nagasaki, Chicago, Bogotá, La Haya, Samara, Hyderabad, Cúcuta, Chennai, Essen, Bolonia, Eindhoven, Hochimin, Hangzhou, Verona, Hong Kong, Liverpool, Arnhem-Nijmegen, Lahore, Dresde, Shenyang, Róterdam, Changchun, Mesina, Dortmund, Salvador Bahía, Harbin, Chengdu, Santiago, Florencia, Cantón, San Petersburgo, Kinshasa, Bagdad, Novokuznetsk, Jinan, Chihuahua, Yangon, Riazán, Myanmar, Génova, Kaliningrado, Fort Wort, Kioto, Toronto, Argel, Bari, Filadelfia, Konya, Leicester, Qingdao, Charlotte, Milán, Pusan, Belo Horizonte, Turín, Indianapolis, Mérida, Soledad, Ahmedabad, Madrid, San Francisco, Alejandría, Hanover, Veracruz, Bucaramanga, Majachkalá, Louisville, Washington, Múnich, Mazatlán, Catania, Boston, Izhevsk, Houston, Dallas, Venecia, Tolyatti, Guadalajara, Columbus, Ssn Luis Potosí, Guatemala, Medellín, Cancún, Detroit, Puebla, Barcelona, Adana, Tonalá, Edimburgo, Seattle, Querétaro, Chongqing, Culiacán, Handan, Palermo, Bello, Cheboksary, Maracaibo, Frankfurt, Tuxtla Gutiérrez, Porto Alegre, Hanoi, Lyon, Hamburgo, Sydney, Aguas Calientes, Torreón, Tegucigalpa, Santo Domingo, San Miguelito, Núremberg, Singapur, Casablanca, Katowice, Pune, Bursa, Valencia, Sevilla, Uliánovsk, Zaragoza, Saltillo, Bandung, Morelia, Birmingham, Brasilia, Monterrey, Novosibirsk, Florencia, Denver, La Habana, Montreal, San Pedro Sula, Ekaterinburgo, Nagoya, Nanjing, Abidjan, Xian, Berlín, Riyadh, Recife, Yaroslavl, Düsseldorf, Ankara, Kōbe, Jabárovsk, Vladivostok, Mexicali, Nashville, Melbourne, Jacksonville, Oremburgo, Izmir, Cheliábinsk, Dallas, Hiroshima, Mánchester, Astracán, Nuevo Laredo, Santiago, Toulouse, Villahermosa, Lípetsk, Dalián, Las Vegas, Vladivostok, Toluca, Caracas, Soyapango, Irkutsk, Addis Ababa, Ciudad del Cabo, Volgogrado, Panamá, Colonia, Maputo, Nápoles, Lisboa, San Diego, Miami, San José de Costa Rica, Cali, Stuttgart Niza, San José, Tiumén, Victoria de Durango, Ciliacán, Ámsterdam, Nápoles, San Antonio, Sheffield, Izmir, Barnaul, Oita, Phoenix, San Salvador, Managua, Acapaulco, Auckland
Wellington, Christchurch, Manukau City, Reikiavik, Honolulú, Oslo, Estocolmo, Copenhague, Praga, Varsovia, Viena, Budapest, Zagreb, Belgrado, Sarajevo, Sofía, Tirana, Bucarest, Bratislava, Helsinki, Beirut, Haifa, Tel Aviv... y cientos y miles de pueblos más que son imposibles de escribir sus nombres...
Los reportes llegaban de todas partes del mundo, decenas de millones de muertos en todo el planeta. Éramos testigos de una devastación de magnitudes apocalípticas.
¿Era el fin del mundo?, no lo sabíamos.
Durante 15 días y sólo de noche, navegamos río arriba hasta que no quedó más combustible. Decidimos esperar a que amaneciera para decidir si ingresabamos al bosque o no, anclamos la embarcación, revisamos los víveres, sólo teníamos para 20 días.
Las trasmisiones de radio cesaron, todo era oscuridad absoluta, de la tierra solo emanaba humo negro, por todas partes hacia donde dirigiera la vista, sólo era oscuridad y muerte. Tedros en voz entrecortada - Ha comenzado la devastación, y no se detendrán ante nada hasta ver caer al último ser vivo de la tierra.
- Cuando supimos cuál era el objetivo real del proyecto Coronavirus - Continuó Tedros, - indagué y obtuve un archivo en el que se mencionaba la purificación sistemática de toda la humanidad, en cada rincón del planeta, en cada pueblo, en cada ciudad, hasta llegar al punto cero, que no era otra cosa que tener la misma población que había en la edad de piedra, es decir 8 millones de personas en todo el planeta. Esto con el fin de purificar la tierra, procurar el cese a la contaminación, la deforestación, la contaminación de los mantos acuíferos y el deshielo de los polos. Era frenar de una vez por todas la depredación del humano en la tierra. A un costo muy, muy alto. El problema es que tu no eliges quién vive y quien no, eso ya lo decidieron hace mucho tiempo, y ni Sania, ni Alex, ni Diana, ni tu, ni yo, estamos en esa lista... estamos perdidos...! - lloró amargamente, como quien acaba de confesar sus pecados.
Todos entramos a la escotilla del barco, comimos algo, bebimos agua...
- vamos a esforzarnos al máximo para sobrevivir- suspiré, -no dejaré que ninguno muera...-
Día 16 de enero, año 2021, 9:04 pm.
Continuará...
*Historia de ficción escrita por Uriel Abelino
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