El experto explicó a través de una publicación en el portal británico The Renegade Pharmacist que él se interesó en hacer este tipo de trabajo, luego de que viera a muchas personas sufriendo de obesidad, diabetes y problemas cardiovasculares.
Durante ese tiempo Naik concluyó que la causa de estos padecimientos tenían como denominador común el consumo de altos contenidos de azúcar en los refrescos y alimentos chatarra. Por lo que decidió hacer una cronología de los efectos que surgen a raíz de tomar una de las bebidas de una de las industrias más famosas y lucrativas del mundo.
10 minutos: 12 cucharadas cafeteras de azúcar entran a tu sistema. Lo que supera el 100 por ciento de la ingesta diaria recomendada. La Coca-Cola no se vomita inmediatamente únicamente por las gran cantidad de dulce que engaña al organismo, el ácido fosfórico hace efecto y permite mantenerla en el estómago.
20 minutos: Los picos de azúcar en la sangre causan una explosión de insulina. El hígado responde a esto convirtiendo cualquier azúcar que puede conseguir en grasa.
40 minutos: La absorción de cafeína se ha completado. Las pupilas se dilatan, la presión arterial se eleva, y en respuesta el hígado vierte más azúcar en el torrente sanguíneo. Los receptores de adenosina en el cerebro están ahora bloqueados, lo que prohibe el proceso natural de la somnolencia.
45 minutos: El cuerpo sube la producción de dopamina estimulando los centros de placer del cerebro. Esto es, físicamente, la misma manera en la que la heroína trabaja.
60 minutos o menos: El ácido fosfórico se une al calcio, magnesio y zinc en el intestino, proporcionando un nuevo impulso en el metabolismo. Esto se ve agravado por las altas dosis de azúcar y edulcorantes artificiales, que aumentan la excreción urinaria de calcio.
60 minutos o más: Las propiedades diuréticas de la cafeína entran en juego. Ahora es seguro que se evacuará parte del calcio, el magnesio y el zinc que estaba destinado a los huesos, así como el sodio, electrolitos y agua.
A medida que el impulso de energía se apaga, se puede empezar a tener un bajón de azúcar. La persona quizá se torne irritable o lenta. En este punto ha orinado toda el agua que estaba dentro de la Coca Cola. Pero no sin antes desperdiciar valiosos nutrientes que el cuerpo podría haber usado para hidratar el sistema, o construir huesos y dientes fuertes.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición del 2012, el 70 por ciento de los mexicanos padece sobrepeso u obesidad. Y el 70.3 por ciento de la ingesta diaria de azúcares añadidos proviene solamente de bebidas azucaradas, refieren los datos de la Alianza por la Salud Alimentaria (ASA).
En este sentido la Asociación Americana del Corazón estableció que la cantidad de azúcar máxima tolerada para un adulto en un día es de hasta siete cucharadas cafeteras de azúcar. Sin embargo, una Coca-Cola de 600 mililitros contiene 12 de ellas. De 180 a 252 por ciento más del consumo recomendado en un día, enfatizó El Poder del Consumidor (EPC), organización civil que se especializa en temas de la salud.
Esta misma proporción aplicada en niños sería equivalente a una ingesta superior de 315 a 420 por ciento del consumo diario recomendado, de acuerdo con un análisis de la nutrióloga Xaviera Cabada Barrón, hecho por EPC.
Unos seis millones y medio de mexicanos han sido diagnosticados con diabetes y se estima que esta cifra siga en ascenso debido al alto número de adultos con sobrepeso y con obesidad que sumados llegan a 48 millones, informó el año pasado el Banco Mundial en un reporte.
Por otra parte, la Coca-Cola tienen cantidades de colorantes que pueden ser dañinos para la salud. Uno de ellos es el caramelo IV, “el cual se elabora con amonios y sulfuros que al calentarlos se producen unos supbroductos llamados 2-metilimidazol y 4-metilimidazol, 2-MI y 4-MI, los cuales se ha demostrado causan cáncer”, citó un trabajo hecho por Cabada.
La Agencia Internacional de Investigación de Cáncer (que pertenece a la Organización Mundial de la Salud) colocó a este caramelo a lista de productos que causan cáncer en animales.
En California, Estados Unidos, este químico fue limitado al punto de reducirlo a cuatro micro gramos por 12 onzas de fluido (el equivalente a 335 miligramos).
En México un estudio en el 2012 mostró que la Coca-Cola contiene 130 microgramos de este químico, esto es 800 por ciento más que lo recomendado por las autoridades de California. Sin embargo, a la fecha, Coca-Cola sigue utilizando esta sustancia, y niega sus posibles efectos negativos.
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